sábado, abril 21, 2007

PENSANDO EN VOS ALTA

La siguiente reflexión, la hice mientras me conducía a emitir mi voto para la segunda vuelta en las elecciones del año 2006, realmente es lo pensaba mientras me dirigía hacia el centro de votación.....

......pensando en vos alta.....

Quisiera expresar mi preocupación por la coyuntura que nos ha tocado vivir a los peruanos medianamente iluminados, o que simplemente tenemos acceso a los medios de información periodística y cultural, de allí que podamos apreciar desde una perspectiva distinta la realidad nacional. Esta coyuntura ha llevado a cuestionarme: ¿se aplica la democracia en el Perú? o mejor dicho ¿existe la democracia en América Latina?; ¿o democracia es un medio para alcanzar el poder, saquear al Estado, solicitar refugio, considerarse perseguido político, luego esperar la prescripción del delito y continuar en política?, ¿Cómo concibe el pueblo (la mayoría) la democracia?. Si se define Democracia como: "la doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno y también al mejoramiento de la condición del pueblo"; entonces por qué el pueblo –entiéndase a la mayoría- es el que sufre los efectos negativos de los distintos gobiernos democráticos, ya van 3 en los últimos 26 años, claro, sin contar el “decenio autocrático”. Además, en la actualidad, el concepto de democracia no se limita al de una forma determinada de gobierno, sino también a un conjunto de reglas de conducta para la convivencia social y política; es decir, “estilo de vida” es un modo de vivir basado en el respeto a la dignidad humana, la libertad y los derechos de todos y cada uno de los miembros de la comunidad. Cualquier demócrata, diría que este concepto es válido; pero si lo contrastamos con nuestra realidad, que es también la de América Latina, veremos como este concepto resulta incongruente e incompatible.

En principio, en nombre de la democracia ¡estamos obligados a votar!. El 04 de junio del 2006 nos encontramos en la disyuntiva de elegir, “obligatoriamente”, por uno de dos candidatos –la idea vendida por los principales medios de prensa- “el mal menor” ¿cuanto de democrático tiene la segunda vuelta? ¿acaso no debemos tomar en cuenta al 70% de la población que le dijo ¡no! a cada uno de los candidatos?. Las declaraciones de Gabriela Pérez del Solar, reciente congresista por U.N, y quien en una entrevista con Jaime Bayly no supo explicar el significado de la tradicional yunsa (festividad flocklorica y tradicional del Perú), planteaba “aquel, que no elija por ninguno de los candidatos que pasen a la segunda vuelta no debería opinar”, ¿A esto podríamos llamarle democracia?, ¿acaso, no tenemos la opción de viciar nuestro voto?, y si lo hacemos, ¿seremos menos patriotas o atentaríamos contra el sistema democrático?. Puede existir democracia en un país en el que gobierno tras gobierno han ido traicionando las necesidades populares, donde batimos record en tasas de desnutrición, mortandad infantil, analfabetismo, corrupción. Somos uno de los países latinoamericanos, que ha experimentado mayor desarrollo económico en los últimos tiempos; a pesar de ello el pueblo debe esperar el chorreo, y aún ni gotea. Hace un par de años tuve oportunidad de visitar Acos un pueblito de no más de 100 pobladores que se encuentra en la sierra de Huaral a no más de 4 horas de Lima. En aquel pueblito hay una posta médica de la UNMSM. Esta posta esta instalada para el serum de estudiantes de sociología, medicina y afines. El alcalde del pueblito es el único que cuenta con una camioneta maltratada por la difícil carretera que une Acos de Huaral, para salir de Acos debes esperar el eventual paso de algún ómnibus provincial. El propio alcalde nos contaba como hacía pocos días de nuestra llegada, una campesina embarazada llegó a la posta proveniente de un caserío cercano, esta señora tuvo que caminar día y medio, a poco de llegar a la posta se le rompió la fuente y comenzó a sangrar, en ese momento encargados de la posta eran un conserje de la universidad y una asistenta social que mucho no pudieron hacer. Llamaron inmediatamente al Alcalde y fue él quien de madrugada tuvo que manejar el difícil camino hasta Huaral para que la mujer pueda ser atendida. ¿Esta mujer se sentirá representada por el estado y protegida por la democracia?, ¿Se puede decir que el Estado siente respeto por su dignidad humana?. Como esta peruana, campesina de un caserío, hay miles de casos, generalmente en la sierra y en las fronteras, en las cuales el pueblo no se siente representado por el Estado, en las fronteras inclusive, reciben más apoyo de los países vecinos que de nuestros propios gobernantes, como es el caso de la frontera con Brasil.
No entiendo, hasta que punto, la clase política tiene claro los conceptos básicos que se deben aplicar en una República Democrática. El pueblo, persuadido por la multa, se expresó democráticamente el 9 de abril del 2006, y ha dicho ¡no! a los partidos políticos. Mas allá del análisis matemático, insisto, deben tomar en cuenta los políticos, que hay un 70% en contra de cada uno de los candidatos que pasaron a segunda vuelta. Ahora, si bien Alan García es el nuevo presidente del Perú, es porque “el orden democrático y jurídico” así lo dicen, pero hay un gran sector de la población que rechaza dicha gestión que se oficializó el 28 de julio del año anterior. Este nuevo gobernante debe recordar que el pueblo obligado por la multa y preocupado por la tendencia radical y disparatada, que intentaba tomar el poder, endosó su voto al APRA, aunque el 50.5% obtenido no es representativo. Sería faltar a la objetividad decir que Alan recibió el apoyo mayoritario del pueblo, esta es otra elección en la cual la coyuntura obligó al electorado a elegir, hubieran sido otros los resultados si el pueblo contara con libertad plena para expresarse políticamente. Es momento de cambiar la demagogia por la responsabilidad, la violencia por la concertación y la flexibilidad de ideas, el discurso enrevesado por claridad, honestidad y precisión al plantear las propuestas; más aún sabiendo que vivimos en un país, donde casi la mitad de la población es pobre; donde los niveles de analfabetismo alcanzan cifras record en la región; donde la buena educación es más cuestión de lujo que de derecho; donde las instituciones van perdiendo fuerza con cada régimen que resulta ser peor que el anterior, donde los principales poderes del estado son cuestionados constantemente por actos de corrupción. Es decir estamos dentro del caldo de cultivo del radicalismo y la autarquía, sinónimos de violencia. Cada vez que vuelvo a los escritos de González Prada, siento que sus ideas van tomando vigencia con el paso de los años.