domingo, noviembre 18, 2007

Opiniones. Déjà vu

cortesía diario la República

Quince personas perdieron la vida en un accidente en Áncash. Incendio en Mesa Redonda. Tenemos el lugar 131 en calidad de la educación primaria de un total de 131 países evaluados. Prorrogan plazo para revisiones técnicas. El peaje de la vía expresa de la Av. Faucett no será eliminado. Congresistas siguen discutiendo sobre la rendición de cuentas de sus (supuestos) gastos operativos.

No sé ustedes, queridos lectores, pero yo tengo una desagradable sensación de "déjà vu", conocida expresión francesa para indicar que esto ya lo vi o ya lo viví. A todos nos ha sucedido alguna vez esa sensación de ya estuve aquí, con estas personas o en este preciso lugar. Tantas instituciones que no funcionan; esto lo vivimos, lo padecemos, de manera permanente y reiterada.
No sé si a veces pasa por su cabeza un deseo que en filosofía política, me lo recordó una colega, se llama desobediencia civil. Algo así como negarnos a pasar la revisión técnica si antes no parchan los huecos de todas las calles o no pagar papeletas si alguien no pone antes orden en el tráfico de Lima. La pregunta de los cien mil reales es ¿quién? ¿A quién le toca asumir tales responsabilidades? La respuesta de tan obvia cae por su propio peso y ya hasta da vergüenza seguir con la cantaleta del Estado, las autoridades, las instituciones públicas y otros tan repetidos etcéteras.
Revisar el último Reporte Global sobre Competitividad Global del Foro Económico Mundial ya comentado esta semana, con lo cual no pretendo evaluar los criterios de la competitividad que pueden ser cuestionados, nos enfrenta con lo ya visto y sabido de nuestro país. En total, nuestro puesto es el número 86 de 131 países evaluados, siendo el 1 el mejor y el 131 el peor. El reporte mide la competitividad a través de 12 pilares o indicadores, entre los cuales están las instituciones, la infraestructura, la estabilidad macroeconómica, salud y educación primaria, la sofisticación del mercado financiero, la eficiencia de los mercados.

¿Cuál creería usted que es el ámbito en el que peor estamos en conjunto? El de las instituciones, que incluye eficiencia del marco legal, confianza en los políticos, transparencia en las acciones de gobierno, crimen organizado, entre varios otros. En este rubro institucional estamos muy abajo, en el puesto 106 de los 131 países evaluados. El que sigue, en lo malo, es infraestructura, puesto 101, que incluye caminos, sin duda vinculados con los accidentes en las carreteras (por cierto, entre otros factores). ¿Y en qué estamos mejor? En el pilar de sofisticación de mercados financieros, que incluye protección a los inversionistas o restricción al flujo de capitales. Aquí estamos en el puesto 46 del total, nuestro lugar más alto en la escala. La distancia es grande, como se puede notar, entre lo mejor y lo peor. El mejor es, como su nombre lo indica, un rubro bastante sofisticado, por cierto.

Sin embargo, cuando se desagregan estos pilares, el asunto se pone dramático. Por ejemplo en el indicador de salud y educación primaria somos los últimos, ¡sí los últimos!, en educación primaria. En el de educación superior y capacitación, somos penúltimos, con la ubicación 130 en la calidad en la educación en matemáticas y ciencias; y antepenúltimos, 129, en la calidad global del sistema educativo.

El contraste entre el puesto 15 para la fortaleza de la protección a inversionistas o el 16 en control de la inflación con los datos de educación son, francamente, terroríficos.

Estamos bien en lo más sofisticado y muy mal en lo elemental, la primaria. Seguimos en la cola en educación, es decir nada menos que en nuestro futuro, el de nuestros hijos, nuestros estudiantes, nuestro país. Jalados en la única manera consistente de luchar contra la pobreza. Todo esto ya lo sabíamos por distintos instrumentos y mediciones. Es, pues, un deprimente déjà vu. Pero tanta repetición, como dice el vals, ya es una ofensa. ¿Alguien se sentirá aludido por estas cifras? ¿Alguna institución tomará cartas en el asunto?>

sábado, noviembre 10, 2007

CULTURA POR LOS SUELOS: Los Libros Saqueados

César Hildebrandt
cortesia La Primera

Hace pocas horas, el director de la Biblioteca Nacional, Hugo Neira, dijo que la cantidad de “50 mil libros” saqueados por la soldadesca chilena en 1881 “era un invento de poetas borrachines que se reunieron en el Huáscar”.

Pobre hombre. No sabe que la cifra es histórica y no viene de la arbitrariedad sino de las memorias escritas de don Ricardo Palma (consultables en uno de los estantes del edificio que administra Neira) y de las cartas que el tradicionista le escribió al escondido Presidente don Nicolás de Piérola a lo largo de todo el año de 1881 (hay una edición por Editorial Milla Batres de 1964 y otra, de la misma procedencia, lanzada en 1979). La cita textual de una de sus cartas, como se reseñó en esta misma columna, es la siguiente: “Exceden de cuarenta y cinco mil tomos los que nos han robado”. Y Palma, que era subdirector de la Biblioteca en el momento del saqueo, confirma y aumenta esa cifra cuando, en 1884, entra al recinto y descubre que los chilenos no han dejado 3,000 volúmenes sino sólo setecientos. Con lo que la cifra se eleva a más de 47,000. Pero esos 700 libros no es que fueran respetados.

Middendorf –peruanista de corazón pero observador frío de la guerra– describe así lo que pudo ver después de que las mulas acarrearan el pillaje rumbo al puerto del Callao: “Las salas, tan bien arregladas antes, parecía que hubiesen albergado a criaturas de las divinas Euménides. Los armarios y los estantes estaban vacíos y dondequiera, desparramados por el suelo, se veían montones de libros medio destrozados. Los soldados los vendían a los pulperos y estos durante semanas envolvían los paquetes en hojas arrancadas de los infolios de los Padres de la Iglesia”.

Hay que añadir que Middendorf era un lector asiduo de la Biblioteca Nacional, a tal punto que, durante las primeras semanas de ocupación y gracias a gestiones del embajador alemán en Lima, pudo seguir haciendo consultas en ella. Middendorf menciona la cifra de 60,000 libros los que la institución albergaba. Posiblemente exageró un tanto.

¿Cómo puede desconocer esto el actual director de la Biblioteca Nacional? ¿Con qué derecho habla de “poetas borrachines” que magnifican agravios? ¿Y por qué no hablar de directores de Biblioteca sencillamente ignorantes?

Pero lo más sorprendente es que ninguno de nuestros intelectuales de postín sale a decir algo: un poquito de verdad, una pizca de aclare, una rayita de dignidad y memoria. ¿No hay un Malraux andino por allí? Si Benda habló de la traición de los intelectuales, en esta república del silencio que es el Perú habría que hablar de la deserción de los intelectuales. ¡Neira difama a Palma como heredero indebido de la Biblioteca que el escritor reconstruyó y ningún patricio de las letras dice nada!

Aun admitiendo que la discusión sobre el saqueo y la devolución tenga algo de anacrónica, ante la injuria de borrachín de Neira ¿no es dable, por parte de los cultos, el prurito de la precisión?

Ya nada parece importarle a la llamada “esfera cultural” peruana. Hace unos meses, José Miguel Oviedo, el deslumbrante crítico de los años 60, admitió que tal libro estaba plagado de imperfecciones y ripio pero que, en fin, así era el tal escritor y había que admitirlo. ¡Como si hubiese convertido la crítica en mermelada académica!

Y todos saben qué charco de sinvergüencería deja el rastro del Alfredo Bryce articulista. Todos menos Julio Ortega, otro crítico literario de relumbrón internacional que lo único que ha hecho al respecto es aplaudir a Bryce, elogiar el plagio como arte navajero y demostrar que el cinismo es el ismo de buena parte de la tribu intelectual peruana.

Para no hablar de Gustavo Faverón, el joven prodigio de la crítica literaria, un hombre talentoso, sin duda, pero capaz de escribirle a un adversario intelectual el siguiente correo electrónico, fechado en febrero del 2006:

“¿Por qué tienes esa peculiar fijación con mi vida sexual, Payasito?

¿Todavía te queda el trauma de tu tirada callejera con un flete en la televisión?

¿Es ese rochecito el que te ha vuelto loco?...

Anda, pues, diviértete: si te levantas a algún otro muchachito que sea a puertas cerradas…”

Lo asombroso es que Faverón envió esas líneas indignas desde su cuenta de correos del Bowdoin College, la afamada institución universitaria de Maine donde prestaba servicios al momento de redactarlas.

Y lo increíble es que el adversario no había hablado para nada de la “vida sexual” sino de la “vida social” del señor Faverón. Todo indica que una intervención del inconsciente lo hizo enfurecer hasta mostrar la chaira lumpen que brilló más que su ingenio.

¿Estos son los embajadores de la cultura peruana? A veces pienso que Sendero derrotó al Perú y que impuso, al final, en general, en la tele y en la cultura, en el periodismo y en el empresariado, en la crítica teatral y literaria –con las excepciones escuálidas del caso– los métodos brutales del sálvese-quien-pueda.

Cuando Romualdo y Vargas Llosa se peleaban, salían chispas y el ambiente se electrizaba.

Hoy, a la cultura peruana parece que le hubieran cortado la luz.

viernes, noviembre 09, 2007

PRIMERAS MEDIDAS DURANTE EL PROTECTORADO DE SAN MATÍN


Acta expedida en Lima el 24 de Noviembre de 1821 por el gran Protector de la Independencia del Perú el Generalísimo Don José de San Martín Matorras; a través de la cual se dictamina que cualquier esclavo que pise el territorio nacional será libre del dominio de su amo, se hace extensivo el compromiso a los presidentes de los departamentos para que notifiquen de la manumisión a los esclavos que llegasen a los puertos libres del Perú. (Fuente: Archivo General de la Nación del Perú).


Documento emitido el 3 de septiembre de 1821, a través del cual el General San Martín convoca a los vecinos panaderos, pulperos, abastecedores de trigo, harina, arroz o frijoles que colaboren con estos víveres para el sostenimiento de las tropas, estos alimentos debían alcanzarse a la brevedad a los centuriones de los cuarteles. Convoca también a los vecinos para que provean de frazadas o algún material de abrigo para los soldados. (Fuente: Archivo General de la Nación del Perú).

jueves, noviembre 08, 2007

COSTUMBRE PREHISPÁNICA Y EL RECHAZO DE LA IGLESIA. ¿LA RESISTENCIA CONTINÚA?


Calaveras y coca para los muertos
Los bolivianos celebran una fiesta que irrita a la Iglesia

Los cementerios del área andina de Bolivia se llenaron ayer de calaveras, coca y flores, en una tradición precolombina de adoración a los muertos que se mezcla con la fe cristiana y que desaprueba la Iglesia Católica.
Los fieles acudieron desde primera hora a los camposantos, pertrechados con los cráneos de familiares fallecidos o de desconocidos, para montar allí unos pequeños altares en los que tampoco faltó el tabaco, las flores y la música. A las calaveras se les da de fumar, se les sirve alcohol, se les canta y se les piden deseos y favores, como salud para los seres queridos o éxito en alguna empresa.
El Cementerio General de La Paz amaneció lleno de devotos de los cráneos y vendedores ambulantes, a los que fueron sumándose a lo largo de la mañana periodistas y turistas. Este resurgimiento lo explican los antropólogos por la migración interna hacia la ciudad desde el campo, desde donde los campesinos indígenas lo han llevado a La Paz.
Edgar Mena, parroco de la zona, en conversación con Efe, mostró su “total desacuerdo” con la fiesta y calificó la celebración de “superstición” que se “desvía del sentimento religioso” y que “afecta al culto al verdadero Dios”. “No tiene nada que ver con la fe”, agregó el sacerdote.
RECORDEMOS:
EL CULTO A LA MUERTE FUE UNA COSTUMBRE MUY DIFUNDIDA A LO LARGO DE LOS ANDES, LOS INCAS ACOSTUMBRARON MOMIFICAR A SUS GOBERNANTES Y PASEARLOS EN PROCESIÓN A FIN DE MANTENER VIGENTE SU MEMORIA, INCLUSIVE DESDE TIEMPOS PREINCAS RENDÍAN CULTO A LA MUERTE (TERMINOS VINCULADOS: UCU PACHA, MALQUI, SUPAY, FETIVIDAD DE AYAMARCA).

Y AHORA, EL MODELO PERUANO


Andrés Oppenheimer
Cuando le pregunté a Marcelo M. Giugale, un alto economista del Banco Mundial, qué países serán las estrellas económicas de América Latina dentro de veinte años, me quedé sorprendido por su respuesta: el primer país que mencionó fue Perú.

¿Perú?, le pregunté, algo incrédulo. Generalmente, cuando los economistas hablan de los países más exitosos de América Latina, el primer país que citan es Chile, que ha estado creciendo sostenidamente y ha reducido la pobreza de un 40 por ciento de su población hace dos décadas a un 15 por ciento actualmente, más que ningún otro país en la región.

Si uno pide otros ejemplos de países de la región que probablemente se destacarán en el futuro, generalmente citan a Brasil. Se trata de un gigante que se mueve hacia la modernidad a paso de caracol, pero -con más del 50 por ciento del producto bruto de Sudamérica- despierta grandes expectativas por el tamaño de su mercado, y su estabilidad económica.

Pero Perú, hasta ahora, había sido mencionado pocas veces como uno de los países del futuro. Más bien, ha sido asociado con escándalos políticos, desastres naturales, e incertidumbre política. SEGUIR LEYENDO

¿Se reunifica Sendero?


La presencia de Sendero Luminoso en algunas universidades, y la posibilidad de una reunificación de sus fracciones, viene provocando reacciones marcadas por el miedo.

La reactivación política de Sendero forma parte de los planes de Abimael Guzmán desde 1993, cuando anunció en la televisión que renunciaba a proseguir la guerra y propuso al gobierno de Fujimori firmar un acuerdo de paz. El viraje de Guzmán provocó la ruptura de su movimiento, entre los seguidores de la línea oficial -los "acuerdistas"- y quienes se rebelaron contra sus directivas, bajo la dirección de "Oscar Ramírez Durand, "Feliciano" -el grupo "Proseguir", llamado así por su lema, "proseguir la guerra popular"-. En 1999 Feliciano fue capturado por la policía y, ya en prisión, renunció a Sendero Luminoso. Asumieron la conducción de su fracción Artemio, en el valle del Huallaga, y Alipio, en la región del valle del río Apurímac - río Ene, regiones de narcotráfico.

¿Era posible firmar la paz? En 1993, Vladimiro Montesinos le hizo creer a Guzmán que sí. En realidad, lo utilizó para conseguir que Guzmán se presentara en la TV reconociendo su derrota y apoyando a Fujimori, que entonces estaba desesperado por ganar el referéndum con el que legitimar su régimen, luego del autogolpe de abril de 1992. Fujimori ganó el referéndum, Guzmán dejó de ser útil y su proyectado acuerdo de paz quedó en nada.

Hacia 1999 Guzmán dejó de hablar del "acuerdo de paz" y levantó la consigna que ahora siguen los senderistas: "luchar por una solución política a los problemas derivados de la guerra", una fórmula que busca reinsertar a Sendero como una organización política. El año 2002 circuló un documento de Artemio, a nombre del Comité Regional del Huallaga, en el que sostenía que la realidad había demostrado que Guzmán tenía razón y que era necesario terminar la guerra.

Conversé con Abimael Guzmán, por encargo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, el año 2002, junto con Rolando Ames e Iván Hinojosa. A lo largo de unas 15 entrevistas, Guzmán se mantuvo firme en que para él la guerra había terminado, que era necesario buscar una salida al conflicto, y que las acciones de su grupo a lo largo de una década demostraban la sinceridad de su convicción. Él tiene claro que con los cambios que ha sufrido el mundo su proyecto armado no es viable.

¿Por qué no lo dice públicamente? Supongo que porque tendría que reconocer que se equivocó y eso lo deslegitimaría ante sus bases. Si hay una reunificación de Sendero sería bajo su liderazgo y eso incrementaría el trabajo político, más que potenciar la guerra. Volveré sobre el tema.

NELSON MANRIQUE
DIARIO PERÚ 21