martes, julio 21, 2009

LA MUERTE DE DON JOSE DE SAN MARTÍN


"El día 17 de agosto de 1850, a las 15 horas, expiró el Padre de la Patria. Se encontraban a su lado, su yerno Mariano Balcarce, su hija Mercedes Tomasa, sus nietas Mercedes y Josefa Balcarce, su médico el Dr. Jordán y el representante diplomático de Chile en Francia, Javier Rosales.

La defunción fue anotada oficialmente el 18 de agosto en la Municipalidad de Boulogne Sur Mer, presentándose como testigos, el Sr. Francisco Javier Rosales, y el Dr. Alfredo Gérard, abogado y dueño de la casa que habitaba San Martín, y cuyo piso inferior era ocupado por él mismo y su familia. Ambos testificaron que el día anterior, a las tres de la tarde había fallecido en su residencia de la Grand Rué, Don José de San Martín, Brigadier de la República Argentina, Capitán General de la República de Chile y Fundador de la Libertad del Perú. El documento declara que el extinto había nacido en Yapeyú, provincia de Misiones, Confederación Argentina y que deja de existir a los setenta y dos años, cinco meses y veintitrés días.

El día 20 de agosto y luego de embalsamar el cadáver, se procedió a la ceremonia de sepultura. A las seis de mañana el carro fúnebre recibió el féretro y fue acompañado en su tránsito por un modesto cortejo integrado por los señores Balcarce, Darthez, un antiguo amigo del general, Don José Guerrico, un joven de Buenos Aires, hijo de su hermano Don Manuel, el Dr. Gérard y el Sr. Seguier, ambos vecinos de Boulogne.

El convoy fúnebre se detuvo en la Catedral, y en una de sus bóvedas fue depositado el cuerpo, hasta que el 21 de noviembre de 1861 fue trasladado al cementerio de Brunoy a un Mausoleo comprado por Mariano Balcarce, y en donde también fue sepultada su nieta mayor Mercedes fallecida a la edad de 27 años a raíz de un medicamento mal indicado. Desde allí, en el año 1880, el prócer fue trasladado finalmente a Buenos Aires.

La noticia del fallecimiento de San Martín fue trasmitida al Gobierno Argentino por su yerno Don Mariano Balcarce, que se encontraba al frente de la Legación Argentina en Francia, el día 30 de agosto de 1850, con este texto: "Un suceso desgraciado, me obliga a dirigirme a VE para anunciar que la Divina Providencia acaba de privar a la Confederación Argentina de uno de sus más leales servidores. A VE de un digno e imparcial apreciador de sus eminentes servicios y a mi esposa, a mí y a mis hijas de un tierno y virtuoso padre, cuya pérdida nos deja inconsolables.

Mi ilustre y venerado señor padre político, Don José de San Martín, después de una larga y penosa enfermedad expiró tranquilamente en los brazos de sus hijos, en la ciudad de Bolonia del Mar, departamento del Paso de Calais, a las tres de la tarde del día 17 del que rige y en la mañana del 20 sus restos mortales fueron conducidos sin pompa alguna exterior a la Catedral de dicha ciudad, en cuya bóveda quedan depositados hasta que puedan ser trasladados a esa capital, según sus deseos, para que reposen en el suelo de la patria querida.

Como albacea suyo y en cumplimiento de su última voluntad, me toca el penoso deber de anunciar a VE esta dolorosa noticia y la honra de poner en conocimiento de VE la siguiente cláusula de su testamento: El sable que me ha acompañado en toda la guerra de la independencia de la América del Sur le será entregado al general de la República Argentina Don Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción que como argentino ha tenido al ver la firmeza con la que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla. Tan pronto como se presente una ocasión tendré el honor de remitir a VE esa preciosa memoria, legada al defensor de la independencia americana por un viejo soldado cuyos servicios a la Patria se ha dignado VE recordar constantemente en términos tan lisonjeros como honrosos".

San Martín luchó por un ideal superior a las conveniencias partidarias. Su objetivo fue la independencia sudamericana. Por eso él es el guía después de la bandera de la Patria, símbolo de la soberanía nacional, a cuyo alrededor se reúnen todos los argentinos; pero si el símbolo de la soberanía debe estar representado por alguna figura, ésa es la del Gral. Don José de San Martín".

"Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de sus destinos, y aquellos que se apoyan sobre tumbas gloriosas son los que mejor preparan el porvenir".

DR. MIGUEL ANGEL LICCIARDI
PRESIDENTE ASOCIACIóN CULTURAL SANMARTINIANA.
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