Balance histórico
Sin duda alguna la captura de Abimael Guzmán en setiembre de 1992 significó
un duro golpe al denominado Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, pues
se trataba del cultor ideológico y máximo líder del grupo subversivo más sanguinario
de la historia del Perú. A partir de este momento la jefatura del comité
central de Sendero luminoso recayó en Oscar Ramírez Durand “Camarada Feliciano”
(comité regional principal de Ayacucho) y Florindo Eleuterio Flores Hala
“Camarada Artemio” (comité regional del Huallaga) ellos continuarían la “lucha
armada” o “guerra popular” según los lineamientos de su histórico líder
siguiendo el “pensamiento Gonzalo”.
En diciembre de 1993 cuando luego de múltiples reuniones de negociación con
Vladimiro Montesinos Abimael Guzmán aceptó públicamente la rendición y firma
del acuerdo de paz, se produjo una ruptura al interior de la organización
terrorista llevando a Artemio a desconocer el liderazgo de Guzmán y calificar
como traición la firma de paz, así mismo planteó continuar con la “guerra
popular” y las acciones subversivas. Para entonces Artemio tenía centenares de
seguidores y fue partícipe de las acciones terroristas más significativas y que
más golpeó la zona del Huallaga.
Luego de la captura del “camarada Feliciano” en julio de 1999, Artemio
quedó como el único líder terrorista al mando de la zona del Huallaga y selva central.
En la última década, el trabajo conjunto de las fuerzas armadas y policiales
estuvo orientado a debilitar y reducir el campo de acción de Artemio, esto unido a la captura y muerte de
sus principales lugartenientes generaron su repliegue y lo llevó a reconsiderar
la estrategia de “salida política a la guerra popular” planteada por Abimael
Guzmán la misma que considera la inscripción de Sendero luminoso como partido
político, el reconocimiento del Estado que en el Perú hubo una “guerra política”
siendo los prisioneros senderistas “presos políticos” y la inmediata amnistía de
los prisioneros senderistas… en aras de la pacificación del país -lineamiento
promovido en los últimos meses por MOVADEF[1]-.
Esta decisión, además de otras vinculadas al retraimiento del accionar
subversivo le costó el enfrentamiento con los hermanos Quispe Palomino una
familia de senderistas caracterizados por sus vínculos con el narcotráfico de
la zona del VRAE, ellos intentaron eliminar a Artemio. Los hermanos Quispe
Palomino desconocen el liderazgo de Guzmán, rechazan la salida política y
consideran traidores a los principales líderes senderistas que avalaron las
cartas de rendición ante Vladimiro Montesinos.
En agosto 2008 durante el último juicio televisado al ex presidente Alberto
Fujimori –irónicamente, considerado por los fujimoristas “adalid de la derrota
del terrorismo”-, se presentaron las declaraciones de Rafael Merino Bartet –ex
asesor político del servicio de inteligencia nacional- quien se reconoce como
el verdadero autor de las tres cartas de rendición de Abimael Guzmán. Estas
declaraciones avivó el enfrentamiento entre “Artemio” y los hermanos Quispe
Palomino principalmente con el mayor de los hermanos el “camarada José”.
Por todas estas razones, Artemio se vio en la necesidad de optar por una
salida política, pues veía como inminente su captura.
“El camarada José” asumió el mando de la zona del VRAE desde la captura de
Feliciano en 1999, y parece ser que se convertirá en el líder del remanente
senderista. “José” rechaza la estrategia de “solución política a los problemas
surgidos por la guerra popular” o el de la “amnistía general” planteados por
MOVADEF y los seguidores de Abimael. Por el contrario confía en el triunfo de
la guerra popular y la captura del poder a través de las armas, ideales que lo
hacen peligroso y fortalece la convicción democrática de su inmediata captura.
La
captura de “Artemio” pone fin a una tradición senderista de seguidores del
“pensamiento Gonzalo”, pero ciertamente no podemos vender la idea triunfalista
de los 90’ del fin de sendero luminoso. Simbólicamente representa el fin de una
era, es verdad, pero de ninguna manera asegura la presencia y control por parte
del Estado de esa zona.
Aun
en el VRAE el Estado tiene una tarea pendiente que son los remanentes de
sendero que operan bajo el liderazgo del “camarada José” y sus vínculos con el
narcotráfico, estos elementos hacen que la captura de Artemio sea una tarea
inconclusa.
A
diferencia del gobierno fujimorista, que hizo de la captura de Abimael Guzmán una
noticia mediática sensacionalista con proyección política y que centralizó el
éxito de la captura en Fujimori y Montesinos, el gobierno de Ollanta Humala ha
tomado la captura “Artemio” de la mejor manera; en primer lugar reconociendo
públicamente el trabajo de los miembros del ejército y la policía nacional, el
impecable trabajo de inteligencia, el respeto a los derechos humanos de un
delincuente rendido, su traslado a la capital y el cuidado de la salud del
prisionero. Esta ha sido una captura, política, jurídica y constitucional
impecable. Esperemos que este éxito de la democracia se mantenga y no se
politice, además fortalezca la convicción de erradicar del país toda acción que
ponga en riesgo los derechos y las vidas de los ciudadanos peruanos.
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[1] Colectivo que en los últimos meses ha
presentado ante el Jurado Nacional de Elecciones su solicitud de inscripción
como partido político, se manifiestan seguidores del pensamiento Gonzalo siendo uno de sus principales objetivos la
amnistía y liberación inmediata de los “presos políticos senderistas”. El JNE
recientemente ha rechazado la inscripción de MOVADEF como partido político.