domingo, septiembre 06, 2015

CONTRATO DREYFUS 1869 “El dos de mayo de la hacienda pública”

Tal como lo describe Peter Klarén, Pierola era conservador, además de un “tradicionalista católico, hispanófilo... defendía no solo a la iglesia frente al anticlericalismo de los civilistas, sino también a las élites terratenientes rurales más tradicionales de la nueva plutocracia exportadora” (2013, P.225) 

La discusión de ambos grupos económicos giraba en torno a la disposición de mano de obra. Los terratenientes costeños – Hacendados azucareros principalmente - representaban una mejor oferta laboral para los campesinos, considerando las condiciones y relación servil en los latifundios serranos. En tal sentido, los hacendados azucareros exigían un mercado laboral de libre disposición y fuerza laboral asalariada. Mientras los terratenientes tradicionales, el proteccionismo del Estado. 

Los civilistas, asociados a los terratenientes costeños principalmente, veían en el incremento de impuestos y rentas el camino para la construcción de infraestructura que el país necesitaba. Mientras Piérola, consideraba más bien el camino del préstamo extranjero y distaba del grupo civilista por considerarlo un grupo individualista y agiotista, ajeno a intereses nacionales.

En este contexto, Piérola, en su calidad de Ministro de Hacienda (Economía) inició negociación con la casa judío francesa representada por Auguste Dreyfus a fin de menguar la deuda externa heredada e incrementada por el despilfarro guanero (1845 - 1869) y la Guerra del Pacífico 1879. La prenda de negociación fue el “guano de las islas”, hasta ese momento en manos de los ahora poderosos consignatarios nacionales.

Ante esta situación los consignatarios nacionales iniciaron una lucha jurídica y política, sobre lo que consideraban era un “arbitrario despojo” por parte del Estado y su ministro Piérola. En 1871, un grupo de rentistas guaneros decidieron fundar el Partido Civil, para tentar la posibilidad de tomar llegar al poder y poner fin al ciclo militarista. De esta manera los civilistas iniciaron una activa y costosa campaña electoral, así se dio inicio a las campañas políticas modernas en el Perú, mítines, publicidad e inclusive globos aerostáticos decoraron las calles de Lima y entusiasmaron a los vecinos. 

Sin embargo los guaneros, como denuncia Heraclio Bonilla (1984) se habían convertido en una clase rentista y parasitaria, al no haber asumido la responsabilidad económica de invertir en el desarrollo de industrial del país y haber asegurado su capital adquiriendo propiedades (azucareras) y prestando dinero al Estado (con altos intereses). Lo cierto es que el Estado Peruano tenía una enorme deuda con los consignatarios y el guano había quedado a expensas de esta burguesía guanera, quienes especulaban con el precio y presionaban al Estado. 

A través del contrato Dreyfus (1869), negociado por el Ministro de Hacienda Nicolás de Piérola, el Estado peruano entregó dos millones de toneladas de guano, de los cuales Dreyfus cobraría una comisión, manteniendo intactas las aspiraciones de alcanzar la monopolización mundial del comercio guanero. Dreyfus, a cambio del guano, aseguraba un ingreso mensual de setecientos mil soles, “suficiente para gastos ordinarios” (Contreras y Cueto, 2004.p 127). A cambio la casa judío francesa asumía el pago de los intereses de la deuda externa, la misma que creció significativamente. En 1865 la deuda no alcanzaba los diez millones de soles, para 1872 la deuda alcanzó la escandalosa cifra de ciento ochentaicinco millones de soles. 





sábado, septiembre 05, 2015

El CONTRATO GRACE 1889

La guerra del pacífico había terminado con la negociación de paz impulsada por Miguel Iglesias desde la hacienda Montán en Cajamarca. Políticamente, la cercanía de Iglesias a Piérola generó que el desprestigiado partido civil vaya inclinando su simpatía hacia Cáceres. En 1885 gracias a una gran estrategia, Cáceres logró mantener su ejército refugiado en Huaripampa y a la espera de la orden de avanzar sobre Lima; mientras tanto una pequeña facción cacerista encerraba al ejército de Iglesias en Junín destruyendo los puentes de acceso a Lima. Con la destitución de Iglesias (3 de diciembre de 1885), un concejo diplomático negoció con Cáceres acordando que el poder recaiga en el abogado limeño Antonio Arenas, quien restituyó la constitución de 1860 y convocó a elecciones. Cáceres, como candidato único y en medio del respaldo nacional, además del apoyo civilista, iniciaba su primer gobierno. Esta era la primera alianza política de controversia en la historia republicana, pues fue la primera vez que los civiles respaldaban abiertamente un gobierno militar.

El gobierno de Céceres fue complicado. Bancarrota, devaluación monetaria y una enorme deuda con los acreedores ingleses, eran los principales problemas. Precisamente Miguel Grace fue representante de estos acreedores ingleses y encargado de negociar con el Estado peruano (en reconstrucción) el pago de la deuda externa. La propuesta de Grace pasaba por recuperar para los acreedores ingleses todos los “activos” desarrollados por el Estado peruano con los prestamos recibidos, ya sean ferrocarriles, minas, proyectos de irrigación, edificios públicos a fin de recuperar lo adeudado. 

"Los Demócratas" pierolistas y el partido liberal de José María Quimper, se oponían al contrato y dieron dura lucha en el parlamento para impedir su aprobación. Según Basadre, dos legislaturas lograron rechazarlo. Cáceres optó por la disolución del parlamento, el nuevo parlamento con mayoría civilista y constitucionalista terminaron aprobando el contrato Grace en 1889, considerado por la oposición como lesivo y entreguista. Sin embargó fue la piedra angular de la recuperación económica del Perú luego de la traumática guerra del pacífico. Grace se comprometió a financiar la deuda externa del Perú hasta por un monto de 50' millones de libras esterlinas.

¿Pero bajo qué condiciones? 

Se entregó a los acreedores ingleses por 66 años los ferrocarriles, entregar las exportaciones de guano que quedaban, pagar 80 mil libras esterlinas por 33 años (solo se pagó el primer año, por ello el presidente Legía cedió la concesión a perpetuidad), libre derecho de navegación por el Titicaca y 2 millones de hectáreas de selva para exploración petrolera. Fue “la Peruvian Corporation, la compañía encargada de ejecutar la transacción”. (Klaren, P. 2013, p. 248)