lunes, febrero 09, 2009

ECHENIQUE: EL PRESIDENTE MÁS LADRÓN



Por: César Hildebrandt

En la Historia del Latrocinio en el Perú, todavía no escrita aunque cada vez más necesaria, el nombre de José Rufino Echenique figurará siempre con letras estelares.

En efecto, don José Rufino Echenique, el tronco originario de una prole dispersa y de alcances literarios, fue quizá el presidente más ladrón que haya tenido esta república plagada de Cacos.

Asumió el cargo el 25 de abril de 1851 y el primer día de julio de ese año empezó el festín de la llamada "deuda interna".

Gracias a Echenique, los señorones de Lima se aprovecharon de la flamante riqueza del guano para hacerse con dineros sucios.

El método era el siguiente. Todo aquel que real o supuestamente hubiese contribuido a la causa de la independencia podía cobrarle al Estado lo que quisiese. Todo aquel que hubiese financiado a un caudillo, desde 1823, podía pedir lo mismo. No importaba que esa contribución hubiese sido en caballos, carruajes, rancho, hospedaje, armas, dinero en efectivo. El ancho y generoso Estado guanero convertía, gracias a leyes dadas por Castilla y ejecutadas por Echenique, la mierda aviar en fortunas repentinas y/o incrementadas entre los grandes apellidos del Perú.

Don Emilio Romero relata en su "Historia económica del Perú" que no se necesitaba ningún papel o documento para demostrar que uno era acreedor del Estado:

"... bastaba la declaración jurada de testigos. En caso de duda se favorecía al acreedor" ("Historia económica del Perú", página 376, Editorial Sudamericana, 1949).

Al 30 de octubre de 1852 la "deuda" que Echenique y su banda habían "fabricado" para beneficio propio y de sus amigotes ascendía a la suma increíble de 19' 154,200 pesos. Muchas prosperidades limeñas vienen de ese asalto a las arcas públicas. Emilio Romero lo dice con todas sus letras:

"Leyendo el Registro Oficial y "El Peruano" de esa época difícilmente escapará apellido peruano o extranjero de ese tiempo que no esté en la relación de los beneficiados con bonos de la deuda". (Ibid, página 377).

Así resultó que la clase que menos había hecho por la independencia, que había sido virreinal en sus propósitos y españolísima en sus intereses, así resultó que esa clase, digo, le cobró al Estado, untado en guano, lo que jamás le dio al país.

Pero hay más. Para evitar que alguien, en el futuro, desconociese la llamada operación Consolidación de la Deuda Interna, Echenique dio una ley que convirtió esos bonos en parte de "la deuda externa". Esa grosería daría comienzo a la asqueada conspiración que, al final, el 5 de enero de 1855, fumigó el Palacio gubernamental y empujó a Echenique a un próspero exilio en los Estados Unidos norteamericanos.

Para celebrar aquel robo oligárquico perpetrado desde la presidencia y de naturaleza, digamos, fundacional, Echenique y sus secuaces celebraron la que se considera la fiesta más espléndida jamás ocurrida en la historia del relajo peruano.

Se celebró el 16 de octubre de 1853 en la quinta Victoria, de propiedad de la esposa de Echenique, y fue tan glamorosa que Basadre (citado por Romero) la describe en su "Historia de la República" con las siguientes palabras:

"...los concurrentes llegaron a la cifra de dos mil. Había gabinetes especiales de descanso para las señoras, aromados con riquísimos perfumes, salones únicamente para juegos de cartas, un salón de pinturas donde exhibían cuadros de Murillo, Velázquez, Españoleto y de los pintores peruanos Laso y Merino. Las actrices mAs celebradas de entonces estaban en Lima; la Biscaccianti, la Larini cantaron arias escogidas..."

Lo más increíble es que cuando el Perú había perdido a Grau y al Huáscar, en pleno 1880, la derecha guanera y procaz de Lima hizo tratos con los chilenos para seguir cobrándole al Estado peruano los intereses de "su deuda".

Romero nos recuerda que en marzo de 1880, cuando los chilenos preparaban la invasión plena de Lima y su saqueo, los tenedores de bonos peruanos fraudulentos celebraron un contrato con el plenipotenciario chileno Blest Gana para cobrarse parte de la deuda extrayendo guano de las islas a cambio de pagar derechos aduaneros...al gobierno de Chile!

De pasajes como este está hecha la historia del Perú. De miserias como esta y de miserables como Echenique. Pero esa es la historia que no se cuenta. Esa es la historia que se calla.

Volviendo al apellido Echenique, tenemos que decir que al hijo del capo guanero que acabamos de biografiar tan velozmente no le fue demasiado bien.

Juan Martín Echenique, nacido en 1841, fue compinche del architraidor Nicolás de Piérola, prefecto de Lima nombrado por "el Califa" y responsable directo de la fuga de tondero de miles de reclutas del Ejército de la reserva, que estaba bajo su mando, durante la aciaga batalla de Miraflores (15 de enero de 1881).

Gracias a su incompetencia casi chilenófila, los flancos izquierdo y central del ejército defensor de Lima no pudieron actuar, dejando el peso de la batalla al flanco derecho, que se batió tan heroica como inútilmente..

Por todo lo narrado, el hecho de que un escritor apellidado Bryce Echenique, descendiente orgulloso de esos patriarcas, haya sido encontrado culpable de 16 plagios sistemáticos y venales resulta, como se comprenderá, una anécdota casi administrativa, una contribución mínima a la reputación del apellido.

COMPRE PERUANO (¿DÓNDE?)



Cesar Hildebrandt.

Yo también quiero comprar peruano. El problema es que me rompo la cabeza y sólo encuentro a Sapolio como ejemplo.

Es interesante que el doctor García recuerde que hay industria nacional y mercado interno justo en el momento en que la crisis internacional puede resentir las exportaciones y alterar la tasa de ganancia de los barones de Adex. En esa lógica, vamos a tener que atragantarnos de espárragos.

Es como si el Presidente dijera: "peruanos, ayuden a sus empresarios que ya no pueden colocar todas sus mercancías en el exterior; acabo de reparar en el hecho de que el Perú existe todavía y de que no era cierto que se lo había llevado un viento global".

¿Vamos a Ripley a comprar peruano? ¿No es chino todo allí? ¿Y no es chino en Saga? ¿Chino y reetiquetado?

¿Ayudará a la causa comprar una lata de atún Florida, ese que alguna vez fue peruano?

¿En la chilena Sodimac habrá cosas peruanas? ¿O en la americana Home Center?

Y si me enfermo mucho, ¿a qué farmacia voy a consumir productos peruanos? ¿A la chilena Fasa? ¿A la chilena Inkafarma?

¿O quizá en la chilena Wong encuentre lo que espero?

¿Si viajamos por la empresa LAN, colaboramos? ¿O será mejor en la costarricense TACA?

Y si hablo mucho por teléfono, ¿hago patria? ¿Con Telefónica, con Claro, con Néxtel, o sea Cortés y Moctezuma en brutal combate?

Y si recorro más la ciudad, ¿dónde me abastezco de gasolina para complacer al señor presidente de la República? ¿En la española Repsol o en la mitad chilena Prímax? ¿Dónde, en qué kilómetro de qué carretera queda el centro de servicios Petroperú más cercano?

Y si tomo más cerveza, ¿a quiénes prefiero? ¿A los anglosudafricanos de Cristal, Pilsen y Cusqueña? ¿O me pongo regional y elijo a los belgabrasileñ os de Ambev? ¿O me pongo viajerazo y me tomo una Corona mexicana fabricada en Chile? ¿O ultramarino y me tomo una italiana Peroni fabricada en Lima por los anglosudafricanos dueños de la Backus?

¿Comeré muchos helados Donofrio hechos por la suiza Nestlé? ¿O me bañaré más de la cuenta con jabón Lux o jabón Rexona del grupo angloholandés Unilever?

¿O me hincharé de Inca Kola, firma cuyo 60 por ciento de acciones fue comprado, en 1999, por The Coca Cola Company, que pagó 300 millones de dólares por la operación?

¿Los zapatos más baratos no están en Payless? ¿O en la checa Bata?

¿O me mudo a Arequipa para encender la luz y favorecer a la colombiana REP, que acaba de potenciar la línea Mantaro-Socabaya?

¿O le pido un autógrafo al lobista estadounidense PPK? ¿O envío un S.O.S. a la Apec?

¿Cómo colaboro con usted, doctor García?

¿Me voy a Collique a ver cómo han extraído los chilenos y su amigo Pepe Graña el busto de Quiñones mientras mastico un chocolate Costa?

Doctor García: usted es redundante. Eso de "compre peruano" ya se lo había dicho usted antes a sus amigos chilenos. Ahora es un poco tarde como mensaje "de bandera", señor Presidente. Porque para dar mensajes de bandera hay que creer en la propia.