jueves, enero 16, 2025
jueves, diciembre 19, 2024
REFORMAS BORBÓNICAS S. XVIII
Las Reformas Borbónicas fueron medidas administrativas asumidas por los reyes de España durante el siglo XVIII. Fue el Rey Carlos III "déspota ilustrado" su principal impulsor.
martes, agosto 27, 2024
SIMULACRO DE ADMISIÓN SAN MARCOS 2025-I
SIMULACRO SM - A / HISTORIA DEL PERÚ
El paternalismo clientelista de Manuel Odría se refiere a la forma en que su gobierno (1948-1956) gestionó las relaciones con la población, buscando ganarse la lealtad de los sectores populares a través de políticas de atención social y beneficios directos. Esto se hizo en un contexto de control político y búsqueda de legitimidad, donde Odría utilizó recursos del Estado para crear un vínculo de dependencia y apoyo mutuo entre el gobierno y determinados sectores de la sociedad.
RESPUESTA: "C" se articuló políticamente con el Instituto Nacional de Planificación
El Instituto Nacional de Planificación (INP) de Perú, durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado, desempeñó un papel crucial en la formulación y ejecución de políticas de desarrollo económico y social.
RESPUESTA "B" Crear una monarquía constitucional para garantizar la estabilidad
jueves, febrero 02, 2023
AUTORITARISMO, PROTESTA, VIOLENCIA Y DEMOCRACIA
En 1827 el presidente José La Mar iniciaba un largo ciclo de gobiernos caudillistas militares.
Fueron
casi 45 años de continuos golpes de estado, cambios de constitución e
inestabilidad política y económica los que marcaron el inicio del Perú
republicano. La ausencia de una élite civil organizada capaz de asumir la
dirección de la naciente república dejó un enorme vacío ocupado por las dos
instituciones hegemónicas de la época: la iglesia católica y los
militares.
A
lo largo de los siglos XIX y XX la tradición militar y la presencia de la
iglesia católica moldearon las estructuras sociales, culturales y políticas del
país. Es así, que esta larga tradición autoritaria ha definido la construcción
del "ciudadano peruano". Por ello, no resulta extraño observar la
predisposición y allanamiento de muchos ciudadanos a la autoridad. Resulta
revelador que la mayoría de peruanos percibe como “mejor gobierno” algún
gobierno militar o autoritario, Odría, Velasco y/o Fujimori son los favoritos.
Como confirman las encuestas de Latinobarómetro (2013) y reconfirmado por
Barómetro de las Américas (2021) los peruanos a nivel regional somos los menos
entusiastas con la democracia, los que más desconfiamos de nuestras instituciones
y quienes estamos dispuestos a apoyar una dictadura antes que una democracia.
Siguiendo a Alberto Flores Galindo en su obra "Buscando un Inca", la ciudadanía está atravesada por una "tradición autoritaria" que aflora en diferentes espacios de la sociedad.
Desfile escolar por fiestas patrias Mórrope, Lambayeque (2019)
La escuela es el principal reproductor de obediencia y autoridad. En términos de Pierre Bourdieu, mantiene una fuerte “violencia simbólica”. En ella existen innumerables elementos autoritarios, desde el profesor que emplea un modelo pedagógico tradicional, centrado en la disciplina “Magister dixit”, hasta el desarrollo de actitudes marciales en las aulas. Este formato de escuela limita cualquier posibilidad de participación, de desarrollo libre de la identidad, de una convivencia saludable pro social y del desarrollo del juicio crítico. En la mayoría de escuelas aún se imponen normas, el corte de cabello, uso de uniforme, castigos o sanciones ante la trasgresión. La idea es mantener un perfil de estudiante que asegure obediencia, orden y disciplina. Desarrollar estudiantes heterónomos, que obedezcan a la autoridad y respeten la norma impuesta. Que no se me mal interprete, no estoy diciendo que una escuela no deba tener normas a lo que me refiero es que los estudiantes, junto con los profesores y personal administrativo, deben construir sus propias normas, de esta forma aseguramos participación activa, valoramos la opinión de todos los actores y es más efectivo el cumplimiento de normas definidas por consenso. Es decir, poner en práctica los valores democráticos.
Otro aspecto, es la infraestructura escolar. Entre los cuarteles militares, los penales y los colegios públicos, arquitectónicamente, no existen muchas diferencias.
En las escuelas existen escasos espacios democráticos como son: auditorios, laboratorios, bibliotecas, campos deportivos de diversas disciplinas, comedores, espacios lúdicos, áreas verdes. Estos espacios facilitan la interacción entre estudiantes, el desarrollo socio afectivo, fomentan una participación activa, desarrollan la autonomía y la libertad individual. Sin embargo, la mayoría de colegios públicos y privados de Lima carecen de estos espacios y si los tienen, su uso es restringido. Algo así como cuando nos topamos con un parque o lozas deportivas de barrio con rejas. Finalmente, resulta ilustrativo que las más importantes reformas educativas de los últimos 60 años hayan sido promovidas por gobernantes militares. Bajo esta estructura autoritaria se pretende formar ciudadanos autónomos, críticos y fomentar una cultura de paz.
Han
trascurrido 200 años desde el inicio de la república y nuestras instituciones
democráticas siguen tan débiles como cuando iniciamos este camino. Términos
como democracia, equilibrio de poderes, independencia entre poderes, siguen
siendo conceptualmente incomprensibles para la clase política y por ende para
la mayoría de peruanos, la participación y responsabilidad cívica están
prácticamente ausentes. El sistema partidario es básicamente una camarilla
política propiedad de alguien que representa intereses diversos, principalmente
patrimonialistas.
Aunque
es complejo definir la violencia, hasta aquí podemos identificar dos tipos: la
primera es la violencia asociada con una agresión física y la segunda la
violencia simbólica como parte de una tradición histórica autoritaria. Es
precisamente esa tradición autoritaria, presente en los diversos espacios de
nuestro desarrollo moral, la casa, la escuela, la calle... la generadora y
justificadora de la violencia. Como afirma el investigador francés Jean-Marie
Domenach: “Yo llamaría violencia al uso de una fuerza abierta o escondida, con
el fin de obtener de un individuo o un grupo eso que ellos no quieren consentir
libremente”. El autoritarismo restringe libertades haciendo uso de la violencia,
esa es su razón de ser y existir.
En
el Perú, observamos que la violencia se incrementa y lo evidenciamos en la
cotidianidad, en diversos espacios públicos: en el tránsito, las colas de los
supermercados, bancos o en las salas de espera de los hospitales. Sin embargo,
lo revelador, es que se trata de una violencia generada y justificada por sus
mismos actores.
lunes, enero 30, 2023
¿FUE LEÓN ESCOBAR EL PRIMER NEGRO QUE SE SENTÓ EN EL SILLÓN PRESIDENCIAL?
Cuenta el tradicionalista Ricardo Palma en sus “Tradiciones peruanas” que, en 1835 Lima sufría los efectos del anárquico caudillismo militar, cuando ingresó en la desguarnecida capital «el famoso negro León Escobar, capitán de una cuadrilla de treinta bandidos», y se posesiona del Palacio de Gobierno, donde tomó por asalto el sillón presidencial, retirándose sólo después de recibir una importante suma de dinero de los atemorizados “vecinos notables de Lima”.
Pero esta historia,
como muchas otras del tradicionalista, es una construcción literaria que no se ajusta a los hechos históricos.
Durante la guerra civil desatada en la sierra sur entre el presidente liberal Luis José Orbegoso y el ultra conservador Agustín Gamarra; Lima, la capital, quedó a merced de montoneros, malhechores y delincuentes. Aprovechando el vacío de poder y los conflictos entre caudillos en el Callao, la delincuencia se incrementó notablemente. Los asaltos y robos generaron una inseguridad tal que los vecinos de la ciudad se atrincheraron en sus casonas y por las tardes, antes del anochecer, no se encontraba cristiano alguno en sus calles.
Cuenta Basadre que el malhechor León Escobar fue un bandido que cometió múltiples delitos; por ejemplo, “quitó sus cabalgaduras y sus vestidos, al cónsul inglés Belford Hinton Wilson y al vizconde Eugenio de Sartiges”. Además, hacia diciembre de 1835, generó saqueos y muertes en la capital. Inclusive, hizo un robo de consideración en el domicilio del arzobispo Jorge Benavente y reemplazó autoridades municipales por sus montoneros. Fue el general Juan Francisco Vidal quien ordenó la captura y fusilamiento de este delincuente. Dice Basadre “Las memorias de Francisco Vidal aclaran este episodio, que una muy conocida tradición de Ricardo Palma adulteró”.
viernes, enero 27, 2023
LA PRIMERA "TOMA DE LIMA"
Manco Inca, aliado de Francisco Pizarro primero y luego su enemigo acérrimo, decidió levantar arma contra el viejo conquistador al darse cuenta que su coronación como inca del Tahuantinsuyo era un fiasco, sus aliados lo habían traicionado.
Hacia mayo de 1536, Manco Inca con apoyo del sumo
sacerdote Willac Umu hizo un llamado a los curacas de los ayllus para que
envíen a sus más bravos guerreros a fin de expulsar a los españoles y retomar
el control del Tahuantinsuyo. Con engaños a sus captores, Juan y Hernando
Pizarro, logró escapar del cautiverio e iniciar la arremetida contra el Cusco.
Logró dominar violentamente, por varios meses, la fortaleza de Sacsahuamán
lugar donde murió Juan Pizarro, uno de los hermanos de Francisco el Marqués
gobernador.
Desde Lima, Francisco Pizarro envió cinco expediciones de socorro para retomar el control del Cusco.
Todas y cada una de ellas fracasaron, cayeron derrotadas por el guerrero inca Quizu Yupanqui.
Estimulado por sus victorias,
hacia agosto de 1536, el bravo guerrero Quizu Yupanqui decidió dirigir sus más
de 25 mil guerreros hacia Lima, la nueva capital de Nueva Castilla y donde se
encontraba el viejo trujillano Francisco Pizarro. Los rebeldes se instalaron en las faldas del
APU Limac o Rímac, luego bautizado por los españoles como Cerro San Cristóbal,
desde donde ejercían presión y miedo a “los vecinos” de la nueva capital con
cantos de guerra e iluminando con antorchas todo el APU protector. Los nuevos
vecinos espantados por las “hordas bárbaras de indios”, provenientes de la
sierra sur, exigían al Marqués solicitar refuerzos para derrotar
definitivamente al bravo general indio Quizu Yupanqui. Pizarro dirigió
personalmente las maniobras de defensa generando la muerte del general Quizu
Yupanqui. El desconcierto de los guerreros ante la muerte de Quizu generó un
repliegue tan sangriento como desordenado en las tropas enviadas por Manco
Inca. El gran triunfo de Francisco Pizarro fue posible por el apoyo de Huancas
y Huaylas, además de comunidades yungas asentadas en Surco, Lurigancho, Pachacamac,
Chilca, entre otras.
Así finalizó este intento inca de
recuperar el control del Tahuantinsuyo y expulsar a los españoles, una lucha
que se prolongará por siglos.