sábado, abril 18, 2009

MANUELA SÁENZ "LA LIBERTADORA DEL LIBERTADOR"

Sin lugar a dudas una de las mujeres más importantes de la independencia americana fue doña Manuela Sáenz, compañera incondicional de Bolívar, conocida como "la libertadora del Libertador" por haberle salvado en más de una oportunidad la vida al gran libertador del norte y forjador de la Gran Colombia. He aquí un extracto de su vida.

SENTIDO DEL PRIMER MILITARISMO PERUANO

La fórmula de los primeros años de la República es paradójica. Algunas clases sociales pasan por la disolución como la nobleza española y la burocracia virreinal, otras como la nobleza criolla, por la transición, mientras que los indios, negros y castas por el aplanamiento. Solamente la Iglesia y la milicia son las clases, organizadas y omnipotentes en sus respectivas funciones, a ellos les correspondió organizar la República naciente. La Iglesia representa la raíz más honda que dejara la Colonia; la milicia es el fruto más relevante que han producido socialmente los largos y fatigosos años de "independencia".
En 1836 Manuel A. Segura presentó una obra teatral que habría de causar mucha controversia en Lima, "El Sargento Canuto". Obra a través de la cual podemos retratar la Lima de inicios de la república y la trascendencia de la carrera militar. Y como don Manuel nos diría en su obra "...Y como hoy el caerse muerto trabajando no da más que cálculos sin concierto y siempre anda uno detrás del dinero y del acierto; y como ni aún ser empleado en lo político vale porque en el sueldo pagado el año a dos meses sale; yo creo haber acertado cuando he podido encontrar un novio para cada una que bien las ha de tratar; porque, chicas, la fortuna favorece al militar."
los amigos de Eureka teatro representaron esta interesante obra teatral he aquí un extracto...

viernes, abril 17, 2009

CONTROL Y AMOR

Las drogas en todas sus presentaciones es la peor condena de nuestro futuro toda vez que afecta, principalmente, a nuestros jóvenes.
Aunque América Latina es considerada como la principal productora de estupefacientes los jóvenes norteamericanos y europeos son los principales consumidores; ello se debe, en parte, a que en los países latinoamericanos el vínculo familiar es mucho más fuerte, un problema particular de droga afecta a toda la familia quienes, en muchos casos, se movilizan para dar solución a este problema... Rubén Blades explica mucho mejor este compromiso familiar en la presente canción…

martes, abril 07, 2009

CRÓNICA DE UNA SENTENCIA ANUNCIADA


Hoy 7 de abril, se ha producido en el Perú un acontecimiento histórico sin precedentes. Se trata de la sentencia dictada contra el ex presidente Alberto Fujimori Fujimori por crímenes de lesa humanidad:Atentado y asesinato de Barrios Altos, matanza de los estudiantes de la Universidad Cantuta, Secuestro del periodista Gustavo Gorriti, Secuestro del empresario Samuel Dyer.

Alberto Fujimori fue encontrado culpable de los delitos señalados y condenado a 25 años de prisión efectiva, convirtiendose así en el primer presidente del mundo condenado, en su país, por crímenes de lesa humanidad.

Hay que felicitar al Dr San Martín y al tribunal que lo acompañó por el profesionalismo e imparcialidad demostrada en todo momento, también debo reconocer el profesionalismo y el diálogo alturado evidenciado por las partes en litigio (la fiscalía y la defensa del acusado). Esperemos que este sea el inicio para la verdadera reforma del poder judicial. Esperemos, con el mismo profesionalismo se aborden todos los casos materia de investigación.

FUJIMORI EN EL PARAISO


Excelente caricatura de CARLÍN publicado el sabado último en "La República", resume los argumentos de defensa del ex presidente Fujimori.

César Hildebrandt
Columnista

FUENTE DIARIO "LA PRIMERA"


Escucho a Alberto Fujimori describir su paraíso de opio y compruebo que gente como él sólo puede prosperar en un país que tiene a un 40 por ciento de ciudadanos a los que les da lo mismo –lo dicen reiteradas encuestas- si los rige una democracia o una dictadura.

O sea que en el Perú hay un 40 por ciento de ciudadanos que casi aspiran a no ser ciudadanos y que quieren ser, a veces con fervor, vasallos tristes y alegres siervos de la gleba.

Detrás del fujimorismo está la capacidad de sumisión y la arrolladora ignorancia que lastiman el alma del Perú.

Escucho a Fujimori y me digo que si hubiera géiseres de cinismo sonarían como su voz.

Habla de coraje el hombre al que le temblaba la voz cuando se dirigió a buscar refugio en la embajada del Japón la noche del fallido golpe del general Salinas Sedó.

Habla de honor el hombre que emputeció a la Fuerza Armada, hizo del Congreso un chiquero, suprimió el orden constitucional, desconoció su firma y hasta su huella digital con tal de no pagarle una deuda a la madre de sus hijos.

Habla de orgullo de sí mismo el sujeto que quiso ser senador japonés para obtener la inmunidad que lo librara del alcance de la ley.

Habla de responsabilidad el hombre que llenó 45 maletas de videos, dinero y botines diversos, tomó el avión presidencial y pasó de Brunei a Tokio, donde pidió asilo y desde donde renunció por fax a la presidencia de la República.

Habla de amor por la patria el jefe de una banda que saqueó las cuentas del tesoro público por un valor que los más conservadores estiman en dos mil millones de dólares.

Habla del veredicto de la historia el sujeto que estaba pescando en Iquitos cuando la policía de la Dincote, sin ninguna ayuda de Montesinos, capturó a Abimael Guzmán, el hombre que huyó del país tras descubrirse cómo es que Montesinos compraba esos congresistas que hoy deben estar frotándose las manos.

Qué patético pobre diablo es Fujimori. Se atribuye todos los poderes para las cosas que salieron bien y se pinta como un presidente disminuido, desinformado e irresponsable cuando le mencionan los asesinatos que cometían los criminales a los que él felicitaba, ascendía y amnistiaba.

“Yo era comandante de la Fuerza Armada en el sentido en que un entrenador de fútbol comanda al equipo”, dijo ayer destilando la esencia de su legendaria cobardía.

O sea que debemos alabarlo por haber “comandado” las fuerzas armadas que derrotaron al senderismo, pero debemos exonerarlo de toda responsabilidad cuando esas mismas fuerzas armadas mataban ancianos, niños y mujeres en las alturas de Ayacucho.

Debemos agradecerle el haber sacado al país de la crisis económica en la que nos hundió Alan García –quien hizo tanto para que Fujimori lo sucediera-, pero tenemos que olvidar que con él todos los derechos del trabajador fueron abolidos, todo asomo de equidad fue perseguido, toda corrupción en el proceso de las privatizaciones fue posible.

Tenemos que decirle gracias por la paz con Ecuador –Tiwinza incluida, derechos de navegación ecuatorianos en ríos peruanos incluidos- pero no podemos recordarle su repugnante papel en la derrota peruana del Cenepa, cuando nuestros soldados carecían de logística, comunicaciones y, en muchos casos, de rancho y de zapatos.

Debemos ser gratos con su régimen porque “refundó el país” (Fujimori dixit), pero tenemos que olvidarnos de que quince de sus ministros o están presos o están con orden de captura por ladrones.

Debemos ser fujimoristas por las escuelas que sembró el Fonades, pero no debemos evocar la prensa inmunda que él creó para ensuciar a sus adversarios y, seguramente, “elevar el nivel cultural”.

Este demócrata que cerró el Congreso, este honrado que permitió la rapiña más grande de la que se tenga noticia, este ciudadano ejemplar que convirtió a un edecán en fiscal para entrar a robar maletas en la casa de Trinidad Becerra, este hombre decente que tuvo como socio a Montesinos, este estadista al que defienden sujetos como Saravá, este ángel que vivió entre alimañas, este hombre ejemplar que dio un golpe de Estado cuando su esposa, en un rapto de bendita locura, denunció los asaltos de la hermana Rosa y del cuñado Aritomi a la caja de Apenkai, este probo encubridor de Miyagusuku, esta vergüenza que grita lo que lee y juega con la voluntad de olvidar de los

peruanos, este señor Fujimori, en suma, sigue siendo exactamente el mismo miserable que la miseria moral adora y hace suyo.

El secreto de Fujimori es que ha convertido en socialmente exitosos los peores vicios de la “peruanidad”: la crueldad en el tumulto, el cinismo como método y, sobre todo, la cobardía elevada a la categoría de función vital.

El triunfo de Keiko Fujimori, de darse, será el resumen vistoso de la tragicomedia nacional y una prueba de que hay países económicamente pujantes y moralmente inviables.