Ciertamente el gobierno de Fujimori perjudicó
considerablemente el desarrollo de nuestra democracia… Aun así, esta se abrió
paso a través de la CVR (Comisión de la Verdad y Reconciliación), la cual se convirtió en una experiencia democrática
sin precedentes en nuestra historia pues se puso en práctica la capacidad de escucha, validando testimonios
de centenares de peruanos agredidos por el terror senderista y las fuerzas
armadas en la misma proporción. Sinesio explica brevemente las motivaciones de los detractores de este gesto democrático.
POR:
SINESIO LÓPEZ JIMÉNEZ
Para construir el
futuro es necesario cambiar el pasado. La forja del porvenir requiere la
construcción de una memoria. Ambos (pasado y futuro) se construyen en el
presente a través de la política. La historia se hace, en gran medida, en la
política, espacio por excelencia en el que operan la virtud y la fortuna, eso
es, las mejores capacidades humanas y la incertidumbre. La política es, en ese
sentido, una interminable aventura en la que los hombres y las mujeres crean la
historia apelando a las capacidades más excelsas para domesticar la
incertidumbre y hacerla predecible. La política (o la lucha por el poder)
se despliega, a su vez, en diversos escenarios temporales (el pasado, el
presente y el futuro) y espaciales (la economía, la sociedad, la cultura,
el Estado, las instituciones, las regiones, etc.). La batalla por la memoria es
un momento de la larga lucha por forjar la historia del país.
Los lectores que
hayan logrado sobrevivir al párrafo anterior pueden entender entonces la
encarnizada batalla y las pasiones encontradas que desata la CVR. Esta
es, por un lado, una requisitoria brillante contra las fuerzas del terror
(Sendero Luminoso, el MRTA y el terrorismo de Estado) y las condiciones
(económicas, sociales, políticas y culturales) que las generaron y, por otro,
la forma como las fuerzas democráticas recuerdan uno de los traumas mayores de
nuestra historia republicana. La CVR es la forma democrática de recordar la
época del terror (1980-1992). Ella es la memoria democrática de los horrores
del terror. Se entiende, por eso, la furia desplegada por las fuerzas no
democráticas (el fujimorismo y las derechas de la caverna) contra la CVR.
La CVR surgió en una
coyuntura política especial en la que, por un lado, habían sido derrotadas no
sólo las fuerzas del terror sino también las fuerzas no democráticas (el
fujimorismo y sus aliados) que emergieron, se desarrollaron y pervirtieron
gracias a la violencia terrorista y, por otro, habían triunfado las fuerzas
democráticas (el gobierno de transición de Paniagua, el toledismo, el Apra, AP,
el PPC, las izquierdas y un sector de la derecha mediática). El fujimorismo
había construido una memoria oficial en la que aparecía él, Montesinos, y su
mafia como las fuerzas victoriosas. En esa memoria no aparecían la DIRCOTE, el
GEIN, las rondas campesinas ni las fuerzas democráticas que, con aciertos y
errores, se fajaron contra las fuerzas del terror.
Con la defección de
Humala ante las fuerzas de la derecha y las ambigüedades de su gobierno en la
defensa de los derechos humanos la situación política ha cambiado y ofrece al
fujimorismo y a sus poderosos aliados de hoy la oportunidad para cuestionar a
la CVR. El fujimorismo ya no está aislado sino que es la segunda fuerza
electoral y parlamentaria, cuenta con el apoyo del Apra, de la derecha
económica y mediática y cree que tiene la fuerza suficiente para revertir
los resultados de la CVR y borrar la corrupción y los crímenes del pasado. La
lucha por la memoria y por la historia retorna por el lado de la política. Que
vuelva a ganar la verdad, la justicia y la libertad.