"La memoria colectiva es el
elemento que determina
el desarrollo de las sociedades futuras”
(Anónimo)
"el pasado influye en el presente y con ello en el futuro;
pero el presente también influye como se ve y comprende el pasado" (Jhon Elliot)
En los últimos días, los medios de comunicación se han esforzado por
presentar “la ignorancia de los jóvenes”
-en tema de terrorismo- como la responsable de los intentos de legitimación
política de sendero luminoso a través de MOVADEF. Esto ha generado que el
debate se traslade al ámbito educativo y como la discusión se planteó con
intencionalidad sensacionalista –propio de la prensa actual- el problema
identificado fue que los textos escolares carece de información respecto a la
época de la violencia terrorista y estatal (1980-2000). Fue entonces que se
planteó de manera arbitraria y sin pensar mucho incluir el informe final de la
CVR en los libros que reparte gratuitamente el MINEDU, hecho que despertó la
satisfacción de algunos y la irritación de otros avivando la llama de la
confrontación entre salomones y reyes.
Cuando se buscan causas que expliquen una problemática social generalmente quien
identifica las causas se excluye del análisis. Así sucede con la prensa, la
clase política, el estado, la sociedad civil... por ello el problema siempre
girará en torno a terceros y terminará en pleitos propios de los talk shows y
sin mayor trascendencia social. La mayoría de temas de controversia son
abordados de la misma manera: sin reflexión, análisis que invite a la propuesta
y toma de decisiones.
Definitivamente la prensa no está cumpliendo el rol de ser gestor o
promotor de temas de controversia social de apertura al debate público bajo un
enfoque democrático. Pero lo más triste es que los políticos no están a la
altura para evitar contribuir al chongo sensacionalista que los medios generan.
Coincido con León Trahtemberg cuando asegura que “si el conocimiento escolar dependiera de los programas y textos
escolares entonces no tendríamos los desastrosos resultados en comprensión
lectora, matemática y ciencias”. Se habla de incluir información en textos
escolares como si se tratara de llenar un vaso para atenuar la sed. Como si la
información por sí sola fuese ¡la solución!; pasando por alto la
significatividad pedagógica que la información en un texto escolar debe tener.
De la misma manera se abordó el tema de aquel joven que enfrentó y dio muerte a
un delincuente. Aparte de la anti pedagogía ciudadana que significó la decisión
de encarcelar al agraviado, la prensa orientó la discusión a si los jóvenes de
18 años deberían portar armas, la solución que se planteó fue “ampliar la edad
para portar armas”; como vemos, esta discusión se orientó en la misma línea que
la decisión de la controvertida juez.
En nuestra sociedad coexisten dos mundos, el primero desde el cual se toman
las decisiones: el mundo adulto; y otro que explica los errores y justifica las
decisiones adultas: el mundo de los jóvenes. La visión paternalista, tutelar se
observa en el abordaje de temas mediáticos a través de la prensa.
Resulta muy sencillo responsabilizar a los jóvenes y su educación por el
desinterés mostrado por la historia reciente y su cotidianidad política. Cómo podemos
demandar mayor interés de los jóvenes en temas de controversia social y
responsabilizar a la educación de los vacíos,
si el Estado, la clase política y la prensa abordan superficialmente
estos temas sin más interés que satisfacer el sensacionalismo mediático del
consumidor, un consumidor que cada vez es más cínico y perverso y la prensa parece
calzarle.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario